miércoles, 23 de febrero de 2011

Los deportes femeninos (parte II)

Deportes Femeninos

La invisibilidad del deporte femenino

El deporte femenino ha tenido una evolución evidente a lo largo de la historia. Pero si comparamos estos avances con el deporte masculino, parece que vivamos en épocas cronológicamente diferentes. En este sentido, las mujeres seguimos siendo invisibles. Y no deja de ser alarmante, ya que en la actualidad, a diferencia de la Grecia antigua -cuando la principal división de derechos sociales se establecía por género-, esta división se ha transformado en riqueza o pobreza, clase obrera o patronal, países del primer mundo o del tercero... y un largo etcétera que podríamos citar sin que apareciera la división de género. Y si el género no es un criterio de diferenciación tangible en nuestra sociedad (o no debería serlo), ¿por qué en el deporte sigue siendo un fuerte condicionante de presente y de futuro?
  Participantes de la Cursa de les Dones, ayer en plena acción.

La participación deportiva se podría simplificar en: deportistas, técnicos, árbitros y dirigentes. Si analizamos la problemática de los cuatro, quizá la principal es la invisibilidad de las mujeres. Y no nos engañemos: de lo que no se habla, no se conoce nada, y por lo tanto, no existe.
Los medios de comunicación tienen mucho que ver con este hecho. Actualmente, el deporte que no genera audiencia propia, apoyado por cifras millonarias de patrocinios, si quiere aparecer en un medio cualquiera (radio, televisión, prensa escrita...) debe hacerlo asumiendo los gastos de emisión o publicación. Me han hecho esta pregunta muchas veces: «¿Cómo es que no se ve voleibol en la tele?» La respuesta es evidente: no tenemos dinero para pagarlo. Y esto es un pez que se muerde la cola. Si el deporte no se conoce, no se genera afición. Y sin afición no hay público ni seguidoras o seguidores y, por lo tanto, tampoco el interés de patrocinios, millonario o no, pero patrocinios y por lo tanto, recursos.
Y, sin todo esto, el esfuerzo de las deportistas, se queda en la ducha del vestuario, una vez terminada la competición. Publicar los éxitos de las campeonas del mundo, o simplemente de las competiciones domésticas, no puede reducirse a una noticia de cuatro líneas y una foto. El seguimiento de una trayectoria debe ser un camino más largo. Y el día en que el reloj biológico se activa, seguramente es el equivalente a dar «la hora de la muerte» de una carrera deportiva. Deportistas como Almudena Cid, que ha participado en cuatro Juegos Olímpicos, y Gemma Mengual son sobradamente conocidas. ¿Pero cuántas medallas deben conseguirse para poder ponerle nombres y apellidos a la constancia y el esfuerzo? ¡Ah! ¿Que la gimnasia y la natación sincronizada son deportes femeninos? ¿Hay deportes femeninos y masculinos? Parece ser que sí. No hace mucho, un conocido que se enteró de mi presidencia en la Federación Catalana de Voleibol me preguntó: «¿Presidenta? ¿Pero de la federación de hombres o de la de mujeres?» En un vaso de agua no haremos entrar el mar.
Se ha hablado mucho del nuevo decreto de entidades, que afecta a federaciones y clubs, respecto a la obligación de cumplir cuotas de género en las juntas directivas. Y debo reconocer que yo misma he tenido opiniones encontradas. Por un lado, imponer condiciones a las personas que realizan una labor de manera voluntaria es muy peligroso. Pero no podemos caer en el error de leer una normativa sin leer el preámbulo, que es donde está el espíritu real de la norma. Y es éste el que se debe seguir y no cumplir literalmente los artículos, sin más.
¿Por qué no hay más mujeres dirigentes cuando, en realidad, hay más mujeres vinculadas al deporte? En nuestra federación, actualmente hay cinco mujeres en la junta directiva, en un deporte seguramente mal catalogado de femenino. Pero cuando planteas a una persona si quiere sacar adelante con tu equipo y contigo el proyecto de la entidad, esta persona, sea hombre o mujer, tiene las mismas reacciones: satisfacción por la propuesta y preguntar: «¿qué tengo que hacer?» Es curioso que, en un hombre, el orden es el anterior, pero en una mujer la primera pregunta es la de: «¿qué tengo que hacer?» Las preocupaciones son las mismas, pero las prioridades, no.

Los deportes Femeninos

fútbol femenino

El deporte ha sido desde sus inicios considerado por algunas sectores como "cosa de hombres". Pero hay mujeres (deportistas, políticas, feministas) que han asumido la misión de imponer una igualdad de género real en los deportes profesionales. Las administraciones públicas también están tomando parte. A finales de 2008, desde el Govern catalán, ya se definía como "decisivo" el papel de la mujer en el deporte como "factor de cambio en la sociedad".
Desde el Gobierno central se están obteniendo, también, resultados positivos a raíz de la Ley de Igualdad. Laura Seara, Directora General del Instituto de la Mujer, destaca las frecuentes conversaciones con el Comité Olímpico Español en busca de "una mayor atención en los deportes femeninos y en los considerados como minoritarios".
Pero todos los propósitos se ven eclipsados, según Seara, por "la estructura de sensibilidad masculina" de los medios de comunicación. "Falta respeto a la hora de transmitir según qué noticias y se prioriza el lado erótico de la mujer deportista antes que su técnica. Se suelen mostrar imágenes morbosas", critica.

Privilegios

De la misma manera, la responsable del Gabinete de Género de la Secretaria General de l'Esport de la Generalitat de Catalunya, María José Bilbao, apunta como causa principal de la marginación de la competición femenina la "masculinización" de la cultura y del deporte, en concreto. La cultura fue creada por los hombres, y por eso, según Bilbao, es un ámbito "muy poco permeable y muy celoso de sus propios privilegios".
Para Carme Lluveras, una de las jugadoras y entrenadoras de baloncesto con más títulos a su espalda en España, es "indignante" que las televisiones públicas menosprecien el deporte femenino. "Todos pagamos los mismos impuestos y desde las entidades públicas deberían de emitir contenidos que satisfagan tanto a mujeres como a hombres", critica.
Lo que exige Lluveras se puso en marcha, en Catalunya, el pasado noviembre. La SGE y TV3 firmaron un acuerdo que subrayaba el propósito de "hacer visible el deporte femenino catalán". No obstante, la jugadora de baloncesto se mostró sorprendida al conocer el convenio. "Puede que la directora de TV3 sea una mujer, pero la mayoría de los que mandan son hombres. Ahí está el problema", recalca.
Para esta deportista, el problema no está en que a la gente no le interese el deporte protagonizado por mujeres. "Las pocas veces que se emiten deportes femeninos en televisión, tiene bastante audiencia", justifica . "Pero como los puestos de poder están ocupados por hombres, dan prioridad a sus gustos", agrega.
A los acuerdos entre televisiones públicas y gobierno se une el Ministerio de Igualdad, de mano del Instituto de la Mujer. La directora de este organismo asegura que en un mes se hará efectivo un convenio, "ya firmado y muy costoso", que "permitirá un claro incremento de la retransmisión y visionado de deportes femeninos en RTVE".
Como Lluveras, Yolanda Besteiro, presidenta de la Federación de Mujeres Progresistas, señala como una "excusa" culpar a la audiencia o al "poco tirón" de la "discriminación endémica" que sufren los deportes femeninos en los medios de comunicación. "Si no emiten deporte femenino no pueden medir las audiencias", acentúa esta feminista.
"El deporte, en sí, es sexista, de ahí que se le dé menos repercusión al femenino y se invierta menos dinero desde las instituciones. Todo ello lleva aparejado un menor apoyo por parte de la sociedad", concluye Besteiro.